martes, 14 de febrero de 2012

El inicio de su final.

Sin ser extremadamente positivo puedo decir que el domingo de nuevo recibí buenas sensaciones. De nuevo el pueblo heleno mostró que podemos hacerles frente. La situación de desazón en la que nos encontramos, fruto de un severo ataque a la integridad de nuestras condiciones de vida, no nos hace ver que la solución está al alcance. 


Debemos hacer frente a nuestras necesidades como microentidad económica (superviencia econocapitalista) pero ello no está peleado sino directamente relacionado con afrontar nuestras necesidades como ser social. La situación en la que vivimos es de rapiña. Los estamentos ecónomicos, tanto entidades (bancos, estados, tejido empresarial,etc) como sociales (clase dominante burguesa, en sus diferentes grados de riqueza) expolian nuestro  mínimos de subsistencia para enriquecer sus voraces medios.  Debemos alejarnos de pensar que su sistema de "convivencia" es el óptimo y deseado por todos. De momento ese sistema no nos ha ofrecido nada o ¿acaso en supuestos momentos de mayor esplendor económico hemos recibido algo? Siempre hemos tenido que anteponer nuestras necesidades como ente socio-económico capitalista (trabajo, impuestos,etc) a nuestra simple necesidad natural de Vivir. Hemos convertido la lucha por la supervivencia en una monotonía. Existe otra manera de que sucedan las cosas. El entramado socio-económico en el que nos vemos absorbidos es una estructura artificial que no viene otorgada por ningún dios. Esta estructura debe ponerse de una vez por todas en entredicho. No podemos consentir que se nos esquilme nuestro derecho natural a la vida por una pandilla de míseros burgueses capitalistas con aspiraciones a la depredación social. No hay que olvidar que los tan odiados bancos, las explotadoras empresas y los corruptos estados están conformados por congéneres nuestros que desarrollan una vil y egoísta fiebre por la consecución de ganancias materiales. Debemos demostrarles que  sus actos llevan consigo también numerosas consecuencias que parecen olvidar y que su fina ética burguesa pone en lo más alto de la cadena alimentaria el patrón dollar, o cualquier otro tipo de moneda, menoscabando el ser social que el ser humano contiene.



El camino que debemos comenzar no estará ni mucho menos tejido sobre alfombras de flores sino  sobre inhóspitos sucesos adheridos a la lucha por la supervivencia contra un entramado que demuestra estar sediento de sangre. Tenemos varios ejemplos de guerras, y como estas han evolucionado a lo largo de la historia; desde motivaciones sobre territorio, pasando por luchas donde imponer una religión era su finalidad hasta simples querencias sobre patrimonios naturales de un país. No deben asustarnos imágenes como las vividas el pasado domingo en Grecia ya que son el único camino que nos queda ante un sistema que nos pena y ante unos ejecutores que no dudan en tensar la soga hasta la extenuación de muchos y la muerte social de otros.
Debemos reflexionar y no hacer que se nos escapen nuestros hálitos de vida. Los que aún sobrevivimos debemos demostrar que no nos pueden, que tienen a alguien en frente con ganas de recuperar lo que es suyo. Con ganas de recobrar el derecho natural a poder Vivir. No tengamos ningún miedo, no tenemos mucho que perder y bastante que ganar.

2 comentarios:

  1. La gente no lo comprende, es más, no lo asume. Y los propios obreros vigilan a los que luchan por todos. Y esto lo sabe y tiene en cuenta el Sistema. Quizás, ante esta reacción, nos veamos condenados a eso que llaman "monotonía". Gracias a los griegos y a otros actos, podemos creer en la Lucha.

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  2. "Los que aún sobrevivimos". Ese es el punto que no hay que olvidar, los tantos que la única vida que han llevado es la de siervos y los tantos cuya única perspectiva que tenemos dentro de esta organización social es la de acabar nuestras vidas sin haber vivido dignamente. La gran razón para la lucha es el querer Vivir.

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